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Desde 2008 abrimos anualmente un blog para ofrecerles mis artículos que aparecen en los medios de comunicación. Pueden abrir los otros blogs para leer artículos escritos en esos años. Son trabajos de aproximadamente 850 palabras cada uno.

La mayoría de los artículos que aparecen en los blogs se refieren a la coyuntura panameña. Sin embargo, se colocan en el contexto de lo que está ocurriendo a escala global y regional. Muchos artículos se refieren también a los problemas internacionales, tanto los relacionados con la crisis del capitalismo global como los ajustes geopolíticos que se experimentan en América latina.

viernes, 16 de enero de 2015

lunes, 29 de diciembre de 2014

Los subsidios y la desigualdad en Panamá


Los subsidios a los sectores de bajos recursos son considerados, en teoría, temporales, para paliar problemas coyunturales. En Panamá esto no ha ocurrido. Se han vuelto permanentes. Los gobiernos manejan en su presupuesto aproximadamente 500 millones de dólares destinados a subsidiar a los sectores de más bajos recursos. Por otro lado, los subsidios gubernamentales a los sectores más ricos suman cerca de los 5 mil millones de dólares. Cerca de diez veces más de lo que reciben los 'pobres'. Los subsidios a los ricos están orientados al sector financiero, inmobiliario, casinos y minería, entre otros.
Los subsidios no tienen como objetivo cambiar las relaciones sociales y acabar con la pobreza. Más bien, son utilizados políticamente para alterar las estadísticas oficiales. Un subsidio ‘focalizado’ puede elevar los niveles de ingreso de un sector social por encima del umbral de la pobreza (definido estadísticamente). La manipulación de las cifras hace disminuir los niveles de pobreza pero no alteran la desigualdad y la calidad de vida de los más pobres.
Los 400 millones de dólares que están en el presupuesto oficial destinados a los más pobres en Panamá llegan al 60 por ciento de la población (un poco más de dos millones de personas). Cerca de 200 dólares por persona. En el caso de los 5 mil millones de dólares que reciben anualmente los más ricos en forma de subsidios se distribuyen entre el 3 por ciento de la población (un poco más de cien mil personas). Cerca de 50 mil dólares por persona.
Los subsidios, en el caso Panamá, es una fórmula que utilizan los grupos más poderosos que monopolizan el poder político para generar relaciones 'clientelistas' con los sectores más vulnerables de la sociedad.
Muchas veces se confunde el término 'populista' con el paternalismo o el clientelismo. El 'populismo' es una alianza política entre sectores de la clase propietaria (o una fracción de ese sector social) y la clase de los trabajadores. Generalmente, se concibe para bloquear las iniciativas de sectores sociales más conservadores o radicales. En la historia de Europa, EEUU y América latina estos 'pactos' han sido comunes. La política de subsidios (clientelismo o paternalismo) en Panamá tiende a ampliar la brecha entre ricos y pobres. Es decir, crea más desigualdad.
Los gobiernos del pasado más reciente, así como el actual, no rinden cuentas de sus programas. En la actualidad, hay varios casos de mal uso de los fondos públicos que las fiscalías están investigando. El más notorio es el caso del Programa de Ayuda Nacional (PAN) con fondos destinados a resolver los problemas sociales más agudos del país. Esos recursos fueron desviados y la justicia estudia ahora mismo en manos de quienes quedaron.
Un ejemplo de subsidio es el dirigido a la educación de la juventud panameña (la 'beca universal'). Hay que garantizar que todos los niños panameños reciban una educación integral.  Los subsidios educativos, sin embargo, son poco efectivos porque el país no tiene un plan nacional de educación.
Los programas de subsidios tienen como destino dos grupos sociales: los más pobres y los más ricos. Crean dependencia en la medida en que los más pobres pueden consumir un poco más y se vuelven 'adictos' al programa que los subsidia. En el caso de los más ricos, estos se organizan politicamente para que no les quiten los subsidios e, incluso, conspiran para debilitar gobiernos que ponen en peligro sus subsidios.
Los cálculos del Banco Mundial indican que en los últimos años bajaron los índices de pobreza en Panamá. Según el gobierno esto se debe a la distribución de las subsidios en el segmento de la población con menos recursos. El subsidio le permite a la familia elevarse por encima de la 'línea de pobreza'. El resultado no deja de ser una ficción creada por el gobierno y sus aliados en la oposición política. Para que Panamá elimine la pobreza y disminuya la desigualdad, las políticas tienen que orientar las inversiones (de nuestras enormes riquezas) hacia áreas productivas de la economía y no privilegiar las actividades especulativas y cuasi-criminales como los casinos, el lavado de dinero y la trata de personas.
27 de diciembre de 2014. 

jueves, 25 de diciembre de 2014

“Al PAN, PAN y al vino, vino”



La Navidad es una oportunidad propicia para que la familia panameña haga una reflexión en torno a la experiencia vivida en 2014 y las tareas urgentes que se presentan para 2015. Los días del calendario se agotan y los panameños tienen que prepararse para iniciar un nuevo año.
¿Cómo será ese nuevo año? ¿Se parecerá al que termina en pocos días? La mayoría de los panameños creen que 2015 tiene que ser muy diferente al que acaba de pasar. Para iniciar el nuevo año con posibilidades de que sea totalmente diferente al anterior, hay que tener claro cómo fue 2014 y sus causas, para evitar que se repita lo negativo.
Salta a la vista la pérdida de calidad de vida, la disminución de los ingresos y los nuevos obstáculos que surgieron para recibir los servicios sociales que por ley tienen derecho los panameños. No sólo disminuyeron los ingresos de los trabajadores del campo y de la ciudad, también hubo un incremento de los precios de los productos de consumo básicos.
El deterioro de la situación económica de la familia panameña fue complementado por el aumento de la inseguridad que azota a las comunidades. Según la Policía Nacional, el número de jóvenes y adolescentes en ‘pandillas’ creció, los crímenes siguieron haciendo estragos y no se presentan políticas que disminuya la ola delincuencial.
Al mismo tiempo, el sector especulativo de la economía creció a una tasa cercana al 15 por ciento. Los beneficios arrojados por esta expansión se concentraron en una pequeña minoría de financistas, ‘transitistas’ y rentistas.
En 2014 la disminución de la calidad de vida y la inseguridad, vino acoplado de una avalancha de corrupción a los niveles más altos del mundo político y empresarial. El cambio de gobierno producido a mediados de año del presente año, provocó una explosión de denuncias de sobornos, fraudes, desfalcos y toda clase de omisiones en el sector público.
Incluso, Panamá es acusada de promover la corrupción a escala internacional. El expresidente Ricardo Martinelli, quien es mencionado como favorecido por coimas millonarios en los juzgaos de Italia, bautizó el espectáculo como una telenovela. EEUU también aparece entre los salpicados. Muchos de los equipos militares y de inteligencia que utilizan los estamentos de seguridad del país han desaparecido o han sido declarados inútiles. Las fuerzas armadas de EEUU coordinan el funcionamiento de las bases ‘aéreo-navales’ en ambas costas panameñas. Además, su Guarda Costa penetra en forma cotidiana las aguas territoriales panameñas bajo la mirada cómplice del gobierno nacional.
EEUU introdujo a Panamá equipos sofisticados de espionaje con el propósito supuesto de ‘rastrear’ a los ‘narco traficantes’. Panamá le ha comprado a ese país millones de dólares en armamento para resguardar las fronteras. El equipo, sin embargo, ha sido utilizado para reprimir protestas de los movimientos sociales. La dirección del estamento de seguridad del nuevo gobierno denunció la pérdida de un aparato de ‘escucha’ valorado en 13 millones de dólares.
En lo que aparentó ser el resultado de un ‘voto castigo’ en las elecciones de mayo, el candidato Varela, que iba de último en las encuestas (¿amañadas?), fue el vencedor. El partido Cambio Democrático (CD), del presidente saliente Martinelli, sin embargo, ganó 27 curules, el PRD 25 y el Partido Panameñista (del presidente Varlea) sólo 14. Los triunfos del CD según múltiples denuncias fueron el producto de mal uso de fondos públicos. Como consecuencia fueron impugnados, con éxito, un total de 9 elecciones para diputados, dos alcaldías y numerosas representaciones de corregimiento.
Las elecciones parciales celebradas después de que el Tribunal Electoral acogiera las impugnaciones redefinieron la correlación de fuerzas en la Asamblea de Diputados. El partido de Varela ahora tiene 17 curules, el PRD un total de 26 y el CD 25. El triunfo de Varela y la nueva correlación de fuerzas, sin embargo, no indican que han cambiado las prácticas corruptas que siguen imponiéndose en el país.
Previa a las elecciones de mayo de 2014, el gobierno del entonces presidente Martinelli repartió cerca de 150 millones de dólares a los diputados con aspiraciones a reelegirse. Utilizó el Programa de Ayuda Nacional (PAN) para ese fin. Para sorpresa del pueblo panameño, el presidente Varela, utilizando como vehículo el mismo PAN, repartió bonos por 1.5 millones de dólares entre los diputados para que festejen en sus circuitos electorales. “Al Pan, Pan y al vino, vino”, dice el refrán popular. ¡Feliz Navidad!
25 de diciembre de 2014.


jueves, 18 de diciembre de 2014

“El pan sucio de la corrupción”




“El pan sucio de la corrupción” fue el título que le dio L’Osservatore Romano a la condena que le hizo el papa Francisco, líder espiritual de la Iglesia católica, a la corrupción que tiende a generalizarse en los círculos políticos y empresariales a escala mundial.
En una misa celebrada por el pontífice, éste señaló que es un mandato de Diós “llevar el pan a casa con nuestro trabajo honesto”. En cambio, el que lleva a su casa pan sucio – producto de la corrupción – pierde su dignidad. El papa Francisco agregó que “se comienza tal vez con un pequeño soborno, pero es como la droga. Incluso, si el primer soborno es «pequeño, después viene el otro y el otro y se termina con la enfermedad de la adicción a los sobornos”.
El presidente Juan C. Varela aprobó una transferencia de 1.5 millones de dólares para repartirlos entre los diputados de la Asamblea Nacional. Según el Ejecutivo, la ‘coima’ le permitiría a los diputados hacer obras de caridad. Cada uno de los diputados recibiría 25 mil dólares.
Varela es un reconocido miembro de la orden Opus Dei, de la Iglesia católica, que es muy celosa de las palabras de los pontífices romanos. Cabe preguntarse si el presidente de la República actuó concientemente o fue presionado por circunstancias políticas para repartir favores a los diputados. En estos momentos Panamá presencia el desfile de funcionarios de la administración anterior presidida por Ricardo Martinelli (2009-2014) que están siendo citados a las fiscalías para ser interrogados. También están siendo investigadas las empresas que recibieron favores políticos o que sobornaron a funcionarios públicos.
El presidente de la Asamblea de Diputados convocó a una conferencia de prensa donde invitó a cuatro entidades caritativas que, según se informó, recibieron donativos del político. Según el papa Francisco, “los administradores corruptos ‘devotos del dios soborno’ cometen un ‘pecado grave contra la dignidad’ y dan de comer ‘pan sucio’ a sus propios hijos. A esta ‘astucia mundana’ se debe responder con la ‘astucia cristiana’ que es un don del Espíritu Santo”.
El papa Francisco advierte que no sólo es el corruptor el que ‘peca’. También el ‘juega vivo’, el que cree manejar la ‘astucia mundana’ y dan de comer pan sucio a sus hijos. “Quizás hoy –dijo el papa – nos hará bien a todos rezar por tantos niños y jóvenes que reciben de sus padres el pan sucio. También estos están hambrientos. ¡Están hambrientos de dignidad!”.
El que recibe dinero mal habido, sacado de las arcas públicas, por una orden ejecutiva, se equivoca creyendo que está bien porque ‘todos lo hacen’. Francisco pidió que todos oraran “para que el Señor cambie el corazón de estos devotos del dios soborno”. Recordó que “la dignidad viene del trabajo digno, del trabajo honesto, del trabajo de cada día y no de estos caminos más fáciles que al final arrebatan todo. Existe el riesgo de terminar como la persona de la que habla el Evangelio, “que tenía muchos graneros, muchos silos, todos llenos y no sabía qué hacer. Esta pobre gente que ha perdido la dignidad cometiendo sobornos, lleva consigo no el dinero que ha ganado, sino sólo la falta de dignidad. Oremos por ellos”.
En Panamá hay 700 escuelas que no reciben mantenimiento para que el sistema de agua potable funcione. Que no tienen baños funcionales. Que no tienen huertos o campos de juego. ¿Qué dirá la ministra de Educación, que tampoco tiene partida para cubrir las necesidades del próximo año lectivo 2015?
En Panamá los 40 hospitales y cerca de doscientos centros de salud administrados por el gobierno no tienen los elementos básicos para dar los servicios que señala la ley (aprobada por los diputados) a la población. Los pobres tienen que pedir milagros para que sean atendidos. Los trabajadores asegurados están frustrados porque cotizan dos mil millones de dólares al año y no reciben los servicios establecidos en los reglamentos y leyes.
¿Los 25 mil dólares que recibió cada diputado como regalo de Navidad (nacimiento del hijo de Dios), es parte de un arreglo político? ¿Parte de un soborno, juega vivo, parte de lo que quieren llamar ‘cultura política’? El gobierno anterior que presidió Ricardo Martinelli está en la silla de los acusados. El actual no ha demorado mucho para seguir por el mismo camino.
Hay que aprender a “llevar el pan a casa con nuestro trabajo honesto”.
18 de diciembre de 2014.  


jueves, 11 de diciembre de 2014

Urgen políticas de regulación y de empleo



Urgen políticas de regulación y de empleo en Panamá. Hay que aprender de la crisis del sistema capitalista que se inició en 2008, con el colapso del mercado inmobiliario en EEUU. Los estudiosos del capitalismo coinciden en plantear que el principal promotor de la crisis fue la desregulación del sistema financiero.
Como solución para los capitalistas, las entidades financieras internacionales presionaron a los países europeos para que aplicaran políticas de austeridad económica  Este tipo de política se basa en el aumento de los impuestos que pagan los trabajadores (así como las capas medias) y la reducción del gasto público (servicios que el gobierno les presta a los trabajadores) con el objetivo de asegurar que los países deudores paguen sus compromisos. De este modo, los especuladores, compradores de deuda e inversionistas, no pierdan la confianza en esos Estados llevados a la bancarrota.
Esta política resultó contraproducente ya que se olvidó de lo más importante: Un plan para la recuperación del sistema capitalista.  Esto podría lograrse fortaleciendo la capacidad de compra del Estado generando más actividades y aumentando el poder de compra de empresarios y trabajadores.  Otra alternativa era crear más empleo, provocando nuevas actividades empresariales. A diferencia de América latina (cuyos problemas veremos enseguida), Europa sólo podía escoger este camino si buscaba financiamiento externo o ponía la máquina para hacer dinero a trabajar más rápido.
En el caso de América latina, en ese período se dieron dos fenómenos de manera simultánea.
En primer lugar, la mayoría de los países comenzaron nuevamente a producir ciertos rubros que en forma creciente eran adquiridos por la industria china en plena expansión. Este intercambio favoreció las economías latinoamericanas que gozaron de superávits significativos. En muchos países de la región, China se convirtió en el principal socio comercial. En Argentina, Uruguay y Paraguay la exportación de soya se disparó. En Chile y Perú los minerales eran muy cotizados por el mercado chino. En Venezuela y Ecuador el petróleo se convirtió en un rubro estratégico en el comercio con Oriente. Brasil se volvió en un proveedor de exportaciones agro-mineras y manufactureras.
En segundo lugar, muchos países de América latina se convirtieron en receptores de inversiones extranjeras. Nuevamente, China se puso a la cabeza invirtiendo en actividades agro-mineras, logísticas y financieras, entre otras. Incluso, China invertirá 40 mil millones de dólares en el Gran Canal de Nicaragua.
En el caso de Panamá, su relativa prosperidad en los últimos seis años es el resultado de su posición geográfica: El Canal de Panamá, zonas francas y puertos (ambos situados en las entradas del Canal de Panamá: Balboa en el sur y Colón en el norte). Igualmente, se ha convertido en un centro (hub) bancario.
En menos de diez años, las inversiones directas extranjeras se han duplicado. Entre 2011 y 2013, pasaron de 24 mil millones de dólares a 32 mil millones. EEUU sigue teniendo los inversionistas más grandes operando en Panamá: Con 4.3 mil millones de dólares en 2011 pasó a 5.5 mil millones en 2013.
El crecimiento más espectacular han sido las inversiones directas de Colombia que pasó de 2.5 mil millones en 2011 a 4 mil millones en 2013. Reino Unido, Suiza, España y Africa del Sur todos superaban los 2 mil millones de dólares en inversiones directas en 2013. La pregunta obligada es ¿cuál es el origen de estas inversiones multimillonarias?
Se especula que gran parte de las inversiones llegan a Panamá escondiéndose de los gobiernos que andan detrás de su pista.  Es decir, son fondos que quieren ‘lavarse’ Así lo afirma la OCDE - negado por los banqueros locales – ‘aguacil’ de las grandes economías mundiales.
¿Qué pasará cuándo se desaceleren las economías emergentes o cuándo las empresas trasnacionales, que buscan ‘lavadoras’, son disciplinadas por sus gobiernos?
Según la CEPAL, América latina ya se encuentra deslizándose hacia el estancamiento. A su vez, los gobernantes panameños despilfarraron la oportunidad para invertir productivamente más de 25 mil millones de dólares -resultado del traspaso del Canal de Panamá - que pasaron por sus arcas en los últimos diez años. Los gobiernos anteriores - y este parece que sigue el mismo camino – no tuvieron políticas de desarrollo dirigidas a incrementar la productividad de los panameños.
A pesar de la crisis inminente, aún no hay indicios de que los gobiernos panameños comenzarán a aplicar políticas de regulación y orientarán las inversiones hacia los sectores más estratégicos.
11 de diciembre de 2014.

jueves, 4 de diciembre de 2014

La corrupción acabará también con la CSS




El actual gobierno, los medios de comunicación y las organizaciones cívicas panameños están empeñados en aparentar que no dejarán piedra sin remover en la cacería de quienes saquearon el erario público durante la gestión administrativa del período 2009-2014. Al mismo tiempo, los candidatos a diputado impugnados por mal uso de fondos públicos han ganado tres elecciones especiales seguidas. Los observadores señalan que hay una contradicción en esta conducta política de los panameños.
Por un lado, hay un clamor generalizado para que castiguen a los corruptos. Por el otro, a los acusados los vuelven a elegir en comicios especiales. Los ‘entendidos’ le echan la culpa a los ciudadanos, alegando que son ignorantes, inocentes e, incluso, deshonestos. En realidad, la situación es otra muy diferente.
La ciudadanía, aquella población convocada a elegir representantes políticos cada cinco años, es muy ajena a la lógica de los partidos políticos y el manejo de los fondos públicos producto de las componendas entre los poderes del Estado: Presidencia, Asamblea y Corte Suprema.
Un buen ejemplo de esta situación es la ley que privatizó la Caja del Seguro Social (CSS) y que transfirió la mitad de las cuotas de los asegurados a unas pocas empresas privadas. En 2005 el principio solidario de la CSS fue transformado en un principio de ahorro individual. En otras palabras, los trabajadores que deben cubrir sus necesidades de salud mediante un régimen de seguridad social fueron engañados.
Todavía no hay una explicación de porqué los trabajadores panameños fueron expropiados de su institución que garantiza, mediante un sistema de solidaridad, la salud de todos los que pagan cuotas. El gobierno, nueve años más tarde, anunció que en 10 años la CSS no tendrá recursos para cubrir las demandas de los asegurados.
Los fondos que religiosamente trabajadores y empresarios le transfieren a la CSS son transferidos de igual manera a unas pocas empresas dedicadas a especular con esos dineros en las bolsas de EEUU. Esta medida se tomó siguiendo recomendaciones de los ‘asesores’ neoliberales’ que se impusieron en muchos países de la región.
Según Dulcidio de la Guardia, ministro de Economía y Finanzas (MEF), el programa de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) de la CSS, que garantiza el pago de las pensiones y las jubilaciones, requiere reformas que garanticen su futuro, porque agoniza. De la Guardia, anunció que el IVM se quedará sin plata entre 2024 y 2025. Ante esta situación, que se sabía que iba a ocurrir en 2005, el ministro dice que hay que hacer algo.
Según el titular del MEF, “es importante que la sociedad panameña empiece a plantear una discusión sobre cómo asegurar la sostenibilidad del programa más allá del 2014”. En 2005, cuando se hizo la última reforma a las pensiones y jubilaciones se creó un sistema de cuentas individuales, que correría paralelo al solidario, que seguiría funcionando para los nacidos hasta 1970. Los más jóvenes (menores de 35 años a esa fecha) se jubilarían con sus propios aportes. El ministro agrega que desde 2005 no entran nuevos cotizantes al sistema solidario, pero siguen ingresando pensionados, el sistema entrará en un déficit progresivo hasta que se agoten las reservas en 2024.
De la Guardia explica cuál es la causa de este desastre: No ingresan nuevos cotizantes al sistema solidario. Pero no propone la solución correcta. En cambio, el empresario Carlos Abadía sugiere, para evitar la inminente quiebra del IVM, aumentar la edad de jubilación, aumentar la cuota y el subsidio del Estado.
Los trabajadores que cotizan cargarán con la deuda, mientras que un pequeño grupo de empresas reciben las cuotas de los asegurados. El MEF tratará de ejecutar las políticas ya concebidas por los políticos de administraciones anteriores. En la actualidad, la CSS recibe anualmente cuotas obrero-patronales que suman cerca de $2,000 millones. Cantidad suficiente para financiar los servicios de salud, las pensiones de los trabajadores y otros gastos de apoyo.
Sin embargo, la corrupción y la mala administración causan enormes pérdidas en la CSS. El actual director de la CSS, Estivenson Girón, le acaba de escribir al director anterior Guillermo Sáez Llorens acusándolo de desgreño e irresponsabilidad en el manejo de los fondos de la CSS durante su gestión (2009-2014).
La solución al problema del programa de Vejez de la CSS es regresar al sistema solidario que les garantiza a los trabajadores que sus cuotas serán utilizadas solamente para su salud y pensiones.
4 de diciembre de 2014.